Contra viento y marea: la Fuerza Aérea republicana que casi le paró los pies al franquismo
La página más triste en la historia contemporánea de España, la guerra civil, comenzó un día como hoy hace 83 años. Uno de los papeles más importantes en este conflicto lo desempeñó la aviación, en concreto las Fuerzas Aéreas de la República, quienes hicieron frente a la Aviación Nacional del general Francisco Franco.
Por Denis Lukyanov*
La Gloriosa, como a menudo se apoda a la aviación republicana, pasó por muchas adversidades durante su existencia. Desde el principio sus pilotos lucharon con heroísmo, si bien es verdad que fue extremadamente difícil combatir contra el enemigo franquista.
Las Fuerzas Aéreas republicanas se formaron a partir de los restos de la aviación militar y de la aeronáutica naval que habían permanecido fieles al Gobierno de la República. La creación del nuevo ramal se realizó bajo la dirección del Ministerio de Marina y Aire, encabezado por el político socialista Indalecio Prieto y, lo que es muy importante, con la aportación de la ayuda de la Unión Soviética.
En aquellas condiciones existió la necesidad de organizar no solo los restos de la aviación de preguerra, sino también la ayuda extranjera, por ejemplo la escuadrilla de voluntarios foráneos. La ayuda internacional también incluyó la presencia de asesores soviéticos, declaró a Sputnik el vocal de historia de la Asociación de Aviadores de la República (ADAR), Carlos Lázaro Ávila.
También la ayuda constó del envío de alumnos a las repúblicas soviéticas de Azerbaiyán y Ucrania, donde les enseñaron a manejar aparatos aéreos. Entre otras cosas, la URSS también abasteció suministros aeronáuticos. Todo esto posibilitó el surgimiento de las Fuerzas Aéreas de la República Española, añadió.
Hermandad de armas
Muchos aviadores de preguerra combatieron en el frente y dieron ejemplo a los jóvenes pilotos, que tenían entre 18 y 20 años y que constituían la mayor parte de las Fuerzas Aéreas de la República desde julio de 1937 hasta el final de la guerra. Ellos fueron la base y buscaron ejemplos tanto en los aviadores españoles como soviéticos, a los cuales consideraban ejemplo a imitar.
El deseo de emular o de seguir las enseñanzas de los que les precedieron tuvo un peso importante en caso de los asesores soviéticos por una razón. Moscú fue el que le ofreció a la República formar a los aviadores españoles.
Una de las historias más destacadas es la de Isidoro Giménez García, un aviador de la era militar de preguerra y que se fue con la primera expedición de alumnos a la República Soviética Socialista de Azerbaiyán, a la ciudad de Kirovobad —actualmente Ganyá—. Giménez García aprendió a manejar todos los aviones soviéticos que estaban allí.
Si bien era un aviador de preguerra muy veterano, en seis o siete ocasiones salió al frente de sus formaciones, encabezando a sus pilotos más jóvenes, a combatir contra el enemigo. Como consecuencia se ganó el respeto absoluto, que perduró incluso después de la guerra. Él mismo, a su vez, siempre fue una persona muy humilde, apuntó.
Un caza tripulado por un piloto soviético salvó a un aviador de un bombardero. El piloto español luego se exilió en la Unión Soviética, relata Lázaro. Hay bastantes ejemplos en ese sentido, porque hubo bastante camaradería entre los pilotos.
Frente de Rusia
La vida de los aviadores republicanos después de la guerra civil fue muy dura. Algunos aviadores lamentablemente se quedaron en España bajo la dictadura de Franco y lo pasaron bastante mal. Además, los hubo que emigraron al norte de África y a México.
Muchos de ellos, sobre todo los que estaban vinculados al Partido Comunista o los que se formaron en la Unión Soviética, acogieron con mucho agrado la oportunidad que les brindó la URSS de marcharse allí.
El país comunista les otorgó una inestimable ayuda, como en el caso de los niños de la guerra. Les mandaron a las casas de reposo, donde pudieron continuar con su formación académica para integrarse como cualquier ciudadano soviético.
Los que se quedaron en la Unión Soviética tuvieron que afrontar una nueva guerra, pero siempre estuvieron muy agradecidos.
El Gobierno soviético no quería que se formara una escuadrilla compacta, porque quería evitar un enfrentamiento con las escuadrillas azules que Francisco Franco envió al frente de Rusia.
Los pilotos españoles combatieron con honor por la URSS y le brindaron numerosas victorias. El español más importante que luchó con la Fuerza Aérea Soviética fue Juan Lario Sánchez, que logró 27 derribos.
Otros lucharon en la primera línea del frente, como en el caso de Manuel Zarauza Clavero, cuya escuadrilla defendió el espacio aéreo sobre los estratégicos pozos petrolíferos de Bakú, en Azerbaiyán.
Los más temidos
Durante la guerra civil española, la Unión Soviética suministró en masa aparatos aéreos de diferentes tipos. El avión más usado en este conflicto fue el Polikarpov I-15, apodado Chato porque tenía un morro muy corto.
Cuando los alemanes volaban en sus Messerschmidt se les metía el miedo en el cuerpo, porque el ‘Chato’ era capaz de revolverse en un espacio muy pequeño.
Asimismo, la potencia de fuego que tenía gracias a sus ametralladoras PV-1 causaba estragos en las filas enemigas. El avión ruso hizo las veces de bombardero, caza nocturno y diurno, avión de reconocimiento y se fabricó incluso en las plantas de Cataluña.
La Asociación de Aviadores de la República colabora con instituciones que se ocupan de la restauración de aeronaves que tomaron parte en la guerra civil española. Muchos de los socios de la ADAR están vinculados a dos organismos.
Uno de ellos es el Centro de Aviación Histórica de la Sénia, ubicado en Tarragona, donde se está terminando la construcción de un Tupolev SB, conocido popularmente como Katiushka. Gracias a las gestiones de la Embajada rusa se han conseguido dos ruedas. Se trata de una réplica exacta del mejor bombardero que tuvo la Fuerza Aérea de la República, relató el entrevistado.
Por el otro lado, la ADAR tiene contacto con la Fundación Infante de Orleans, que mantiene aviones en vuelo, entre ellos dos soviéticos, el Polikarpov U-2 y el Polikarpov I-16.
*Sputnik