La Asamblea Nacional Constituyente venezolana aprobó este lunes la Ley de Presupuesto para el Ejercicio Fiscal 2020, que destina el 75,9 por ciento de los ingresos a inversión social, según la vicepresidenta Delcy Rodríguez.

“El presupuesto tiene el año 2020 en su inversión social un número muy acertado de 75,9 por ciento, es decir el 76 por ciento de los ingresos destinados a la inversión social, al desarrollo productivo”, dioj Rodríguez en el Palacio Federal Legislativo.

El presupuesto fue aprobado junto con la Ley Especial de Endeudamiento Anual 2020 y el Plan Operativo Anual para el 2020, por la Constituyente y no por la Asamblea Nacional (parlamento unicameral de mayoría opositora) pese a que así lo establece la Constitución.

El parlamento es considerado en desacato por los demás poderes del Estado y la Constituyente se arrogó sus facultades legislativas.

La sentencia de desacato que pesa sobre el órgano legislativo fue impuesta por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Estas leyes se encontraban en discusión en la Asamblea Nacional Constituyente desde el mes de octubre.

En la presentación, Rodríguez señaló que en el presupuesto para el próximo año están incluidos 404 proyectos de desarrollo.

“Es un presupuesto concentrado en los servicios, infraestructura, en la producción, un presupuesto de protección e igualdad social, centrado en la plataforma del sistema patria”, agregó la funcionaria.

Además, señaló que se destinarán 500 millones de euros (557 millones de dólares) para la recuperación del sistema eléctrico del país.

Rodríguez destacó que también se incluyeron “medidas extraordinarias” para detener la hiperinflación y aseguró que, pese al bloqueo financiero, la cooperación con países como China y Rusia permitió garantizar la calidad de vida de los venezolanos.

En la sesión de este lunes también fue aprobado el presupuesto de ingresos y gastos operativos del Banco Central de Venezuela, que, aseguraron las autoridades, está basado en el plan de recuperación económica que anunció el presidente Nicolás Maduro en agosto de 2018.

Sputnik