El asesinato del párroco Ricardo Cortéz consternó el viernes a la sociedad civil de El Salvador, que abogó por que el Episcopado local vaya más allá del lamento y reclame justicia para los mártires de la Iglesia Católica.

“Exhortamos a la Conferencia Episcopal de El Salvador para que convoque a exigir organizadamente justicia por este hecho criminal que ahora enluta al país y por todas las otras víctimas de antes, durante y después de la guerra (1980-1992)”, reza un comunicado suscrito por varias organizaciones defensoras de los derechos humanos.

El texto recuerda que durante el conflicto armado la Iglesia Católica sufrió la detención, tortura, asesinato y desaparición de curas y monjas, catequistas e integrantes de las comunidades eclesiales de base.

Varios religiosos condenaban desde el púlpito los excesos y abusos de las autoridades que se registraron incluso antes del conflicto armado, que estalló precisamente con el magnicidio del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, canonizado en octubre de 2018.

Los firmantes del documento invitaron a la jerarquía católica a pronunciarse con la fuerza requerida para exigir verdad, justicia, reparación y medidas de no repetición, “como garantías para alcanzar una paz nunca lograda”.

El cuerpo acribillado y sin vida de Córtez fue encontrado en el kilómetro 80 de la carretera Litoral (sur), cuando se dirigía a al municipio de Santiago de María, donde era rector y docente del Seminario Mayor Oscar Arnulfo Romero.

Sputnik