Ankara está preocupado por la situación en Sri Lanka y la escalada de la violencia durante las protestas, según una declaración del Ministerio de Exteriores turco a la que tuvo acceso Sputnik.
«Estamos preocupados por los acontecimientos en Sri Lanka y la escalada de la violencia durante las protestas en curso. Consideramos que la solución a los graves problemas políticos y económicos a los que se enfrenta el país, pasa por la reconciliación social. En este proceso llamamos a todas las partes a actuar con moderación y abstenerse de recurrir a la violencia», señala el documento.
Este sábado en la capital esrilanquesa, Colombo, estallaron protestas multitudinarias contra la grave crisis económica que atraviesa el país. Los manifestantes entraron en la residencia del presidente al romper el perímetro de seguridad del edificio, así como asaltaron la residencia privada del primer ministro y la incendiaron.
De acuerdo con los médicos, hasta la fecha las protestas han provocado heridas a unas 40 personas, incluidos dos policías.
Los líderes de los partidos del Parlamento esrilanqués durante la reunión extraordinaria convocada ante las protestas, exigieron la dimisión del presidente y del primer ministro.
Además, los dirigentes de los partidos pidieron nombrar al presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena, como presidente interino, elegir en los próximos 30 días al jefe de Estado entre los parlamentarios, así como nombrar un gobierno interino de todos los partidos y celebrar elecciones en breve.
El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, aceptó dimitir siguiendo la recomendación de los líderes de los partidos de «dar paso a un gobierno de todos los partidos», para garantizar «la continuidad de la labor del Gobierno, así como la seguridad de todos los ciudadanos».
El presidente, Gotabaya Rajapaksa, según informó el medio Adaderana citando a Abeywardena, también aceptó dimitir y lo hará el próximo 13 de julio.
Sri Lanka vive la peor crisis económica desde que obtuvo la independencia en 1948.
El país sufre una grave escasez de alimentos, combustibles y otros bienes de primera necesidad ante la falta de divisas para sus importaciones.
Los ingresos del país se vieron mermados por la reducción del turismo como consecuencia de las restricciones por la pandemia del coronavirus y otros factores.
El 12 de abril, Sri Lanka suspendió el pago de su deuda externa que asciende a más de 50.000 millones de dólares y actualmente mantiene conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para reestructurar el endeudamiento. (Sputnik)