Esta compañía de danza contemporánea es mundialmente famosa y su director está considerado un genio reconocido. ¿Qué tiene de especial Eifman y su método creativo?
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Borís Eifman comenzó su carrera de bailarín en el Palacio de los Pioneros de la Kishinev soviética, y actualmente es el creador y director artístico de su propio teatro de ballet y presidente de la Academia de Ballet que lleva su nombre.
Borís Eifman, del teatro provincial a Leningrado
Borís EifmanRudolf Kucherov/Sputnik
Nació en 1946 en la pequeña ciudad de Rubtsovsk, en la región de Altái, donde su familia había sido evacuada durante la Segunda Guerra Mundial. Pronto se trasladaron a la República Socialista Soviética de Moldavia, donde Eifman, de cinco años, comenzó su andadura artística. Primero en un círculo de danza en el Palacio de los Pioneros de Chisinau, y luego en el departamento de coreografía de la Escuela Superior de Música de Chisinau.
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Tras su graduación, el propio Eifman comenzó a dar clases en el estudio de pioneros, al tiempo que trabajaba como artista en el Teatro de Ópera y Ballet de Moldavia. Su rica energía creativa le impulsó a crear su propio lenguaje de la danza. Así que el joven Borís se fue a Leningrado, donde había una de las mejores escuelas de ballet del país. Eifman se formó como maestro de ballet en el Conservatorio, y en 1972 comenzó a dar clases en la emblemática Escuela de Ballet de Leningrado (actual Academia de Ballet Ruso Vagánova).
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Su trabajo de graduación se presentó en el Teatro Mariinski. El coreógrafo eligió composiciones y compositores poco habituales para sus producciones.
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En 1977, a Eifman le ofrecieron trabajar con el grupo de baile de la organización «Lenconcert», que organizaba conciertos de música clásica y pop. Sobre esta base, Eifman creó su «Nuevo Ballet», que tras la caída de la URSS pasó a llamarse Teatro Académico Estatal de Ballet de San Petersburgo bajo la dirección de Borís Eifman, o simplemente Teatro de Ballet Borís Eifman.
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Para sus primeras producciones invitó a los principales bailarines del Teatro Mariinski: Alla Osipenko, John Markovski y Valeri Mijáilovski. Una de sus primeras producciones de referencia fue El idiota en 1980, con música de Piotr Chaikovski.
«El idiota»Rybchinsky/Sputnik
Nueva mirada al ballet ruso
Las producciones de Eifman sólo se parecen a primera vista a las producciones clásicas a las que nos ha acostumbrado el ballet ruso. Sin embargo, los críticos de todo el mundo han señalado que la coreografía del maestro es increíblemente compleja y abunda en elementos absolutamente innovadores, como ningún otro.
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Sus ballets destacan por sus inesperadas soluciones escénicas y su inusual elección de la base literaria. Por ejemplo, el ballet Up & Down está basado en la novela “Suave es la noche”, de Francis Scott Fitzgerald, una versión escénica de la brillante Edad de Jazz estadounidense.
“Suave es la noche”Alexéi Danichev/Sputnik
La versión de Eifman del ballet clásico Giselle ha sido recibida con entusiasmo en todo el mundo. Su Giselle Roja se centra en la dramática biografía de la bailarina Olga Spesivtseva, que en su día brilló en toda Europa en las Temporadas Rusas de Serguéi Diághilev (incluido el papel principal de Giselle). Tras la revolución de 1917 se vio obligada a emigrar a EE UU, donde desarrolló una enfermedad mental.
«Giselle»Ígor Russak/Sputnik
En el repertorio de Eifman no verá el habitual «Lago de los Cisnes», sino que ha creado el ballet “Chaikovski. PRO et CONTRA” ha tratado de dar sentido a la biografía y a la obra de su querido y genial compositor, al que se ha dirigido en numerosas ocasiones.
“Chaikovski. PRO et CONTRA”Vladímir Vyatkin/Sputnik
«Quería crear una obra en la que pudiera sumergirme más profundamente en el elemento del tormento creativo de Chaikovski», dice Eifman sobre el ballet “Chaikovsky». PRO y CONTRA». El público verá a los cisnes con sus legendarios tutús blancos y escenas reconocibles de “El Cascanueces”, así como fantasías de danza sobre los temas de las famosas óperas del compositor “Eugene Onegin” y “La reina de picas”.
Eifman también hizo su versión moderna de “Eugenio Onegin” de Pushkin, que combina la música clásica de la ópera homónima de Chaikovski con una composición de rock de Alexánder Sitkovetski.
“Eugene Onegin”Maxim Bogovid/Sputnik
Lo más importante para el coreógrafo y el director es revelar la profundidad psicológica de los personajes y las tramas. No le interesa tanto la parte técnica de la danza sino que se centra en el teatro, el drama y la energía que transmite al público a través de sus actuaciones.
“Eugene Onegin”Maxim Bogovid/Sputnik
«Considero que mi principal misión es descubrir algunas nuevas posibilidades del arte del ballet como una visión del mundo interior del hombre», dice el coreógrafo.
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El ballet de Eifman «Ana Karenina», en el que se centró en el principal triángulo amoroso de la novela de Lev Tolstói -Ana Karenina, su marido y Vronsky- fue uno de los más potentes emocionalmente.
El maestro admite que su coreografía está construida y concebida precisamente como su propia reacción emocional a la música.
«Estoy creando otro ballet en el que la autoexpresión se convierte en contenido, donde hay drama, filosofía, personajes y una idea. Y estoy seguro de que éste es el ballet del futuro», dice Eifman.
“Réquiem”Mijaíl Klementyev/Sputnik
En el aniversario de la liberación del bloqueo de Leningrado, en 2014, Eifman puso en escena un ballet “Réquiem”, sorprendente por su intensidad y dramatismo. El título hace referencia simultáneamente al poema Réquiem de Anna Ajmátova y a la composición de Mozart, que se interpreta en el ballet, junto con la sinfonía de Dmitri Shostakóvich “En memoria de las víctimas del fascismo y la guerra”.
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En 2011, Eifman creó su innovadora escuela de ballet. La «Academia de Danza Borís Eifman» trabaja con niños a partir de 10 años y, según Eifman, su objetivo es «formar bailarines de ballet versátiles», que dominen tanto la danza clásica como la contemporánea.
Vladímir Vyatkin/Sputnik
En la actualidad ha recibido numerosos premios de teatro e incluso varias condecoraciones estatales, como la de Caballero de la Orden «Por el Mérito a la Patria». Es simplemente uno de los coreógrafos más famosos del mundo. (The New York Times lo nombró el coreógrafo más importante del mundo en 1998).
Y su teatro es una de las cartas de presentación del ballet ruso, que ha recorrido los principales escenarios de todo el mundo, así como el Teatro Bolshói de Moscú.
En la actuación de la Eurocopa de Fútbol.Alexei Danichev/Sputnik
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