El ex primer ministro británico, Boris Johnson, llegó a Kiev para transmitir al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el punto de vista no oficial de Londres sobre las negociaciones, darle garantías y eliminar ciertos rastros, declaró a Sputnik Marat Bashírov, profesor de la Escuela Superior de Economía y politólogo.

“Creo que llegó a transmitir la opinión no oficial de los funcionarios londinenses. Así como [el exsecretario de Estado estadounidense] Henry Kissinger suele decir algo desde Washington, desde los círculos que están detrás de la Administración Biden, del mismo modo, Boris Johnson recibió instrucciones de decir algo a Zelenski, dada la que consideran su relación de confianza”, destacó el analista.

Además, consideró que Johnson “tiene mucho que limpiar”, y para eso precisamente llegó a Kiev. Eso, según él, lo confirma el comportamiento de las élites ucranianas, que se refleja en una “cierta tensión”. Como ejemplo, recordó la muerte del ministro del Interior de Ucrania, Denís Monastirski, en un accidente de helicóptero. —quien, en opinión de Bashírov, fue la única persona en la que confiaba Zelenski—.

“Es una viva manifestación de que la tranquila ‘fricción’ que se está produciendo en Kiev, se está pasando a un enfrentamiento abierto y al choque de las fuerzas de seguridad”, afirmó el politólogo.

Así que, en su opinión, la visita de Johnson a la capital ucraniana tiene como objetivo dar garantías e instrucciones al jefe del Estado para que no vaya a negociar con Rusia, aunque “estas negociaciones ya son exigidas activamente por prácticamente toda la élite ucraniana”.

En conclusión, Bashírov resumió que las tensiones internas y la “incredulidad en que todo pueda resolverse bien para la élite ucraniana”, junto con la “inaceptable postura de Zelenski”, provocan murmullos silenciosos en el sector político del país.

Johnson llegó a Kiev el 22 de enero, anunció Zelenski en su canal de Telegram, donde publicó un video de la reunión.

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