Los especialistas del NUST MISIS ruso casi han completado el trabajo en una prometedora fuente de energía autónoma y al mismo tiempo en miniatura, hecha en forma de una «batería» plana con dimensiones compactas, capaz de operar durante al menos 20 años.

El nuevo desarrollo cuenta con una celda betavoltaica con una aplicación de un elemento radiactivo de doble cara y una original estructura tridimensional, por lo que esta fuente de energía tiene un tamaño pequeño, mayor densidad de potencia y bajo costo en la producción en masa.

En el futuro, la novedad se puede utilizar como fuente de alimentación (incluida la emergencia), así como como sensor de temperatura, en varios dispositivos, cuyo funcionamiento está destinado a lugares remotos y de difícil acceso con temperaturas extremas: espacio, altas montañas, grandes profundidades de agua.

Ahora, los desarrolladores nacionales se dedican a obtener una patente internacional para su invención, que, cabe señalar, fue reconocida por los principales expertos mundiales, e Research and Markets calificó al MISiS ruso como uno de los principales participantes en la industria mundial de baterías betavoltaicas.

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