Un grupo de diputados ucranianos registró un proyecto de ley sobre la anulación del contrato de arrendamiento de la Laura de Pochaiv con la Iglesia ortodoxa ucraniana. La iniciativa se ajusta a una serie de medidas similares en otros lugares del país, mientras la presión sobre la Iglesia canónica ucraniana va en aumento.

Si el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aprueba el documento, todos los monjes de la Laura serán expulsados.

La Laura de Pochaiv es el mayor monasterio ortodoxo de Ucrania occidental. Está situado en la ciudad de Pochaiv, en la región ucraniana de Ternópil, al oeste del país. En la actualidad, se considera como el segundo lugar más sagrado para la Iglesia ucraniano-ortodoxa, después del Monasterio de las Cuevas de Kiev.

“El contrato de arrendamiento expiró este año. Y como el monasterio no está tanto en entredicho como el Monasterio de las Cuevas de Kiev, allí los ultranacionalistas podrán actuar con más violencia, hasta la eliminación física de los monjes”, manifestó al respecto Serguéi Gavrílov, miembro de la Duma Estatal de Rusia.

Lo más probable es que ocurra lo mismo no solo con los grandes monasterios, sino con las miles de iglesias de Ucrania donde se practica la ortodoxia canónica, señaló el miembro de la Duma.

“A todos los que hoy se adhieren a la iglesia tradicional, las autoridades ucranianas intentan vincularlos a partidarios políticos de Rusia y, por lo tanto, a enemigos del Estado. En este sentido, la represión es masiva”, añadió Gavrílov.

Adicionalmente, en el Monasterio de las Cuevas de Kiev continúan los registros e inspecciones de todos los vehículos que abandonan el territorio. En la víspera, unos desconocidos encerraron a los monjes en uno de los edificios.

El 10 de marzo, el museo estatal ucraniano, que ocupa una parte de los edificios del Monasterio de las Cuevas de Kiev, exigió que los monjes de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica, supeditada al Patriarcado de Moscú, abandonaran sus inmuebles antes del 29 de marzo. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que Rusia condena enérgicamente el desalojo de los monjes del Monasterio de las Cuevas de Kiev y la presión que ejercen las autoridades de Ucrania sobre los clérigos y la Iglesia ortodoxa canónica.

En el último año, el régimen de Kiev ha organizado la mayor oleada de persecución de la historia reciente del país contra la Iglesia ortodoxa ucraniana, con la que se identifican millones de creyentes. Con el apoyo de las autoridades, ultranacionalistas y cismáticos han atacado a clérigos y creyentes. Realizan registros en iglesias y monasterios.

El patriarca Kiril de Moscú y toda Rusia calificó la persecución contra la Iglesia ortodoxa ucraniana como una burla del principio de los derechos humanos y las libertades, e instó a los líderes religiosos y a las personalidades internacionales impedir el cierre del Monasterio de las Cuevas de Kiev.

Sputnik