Investigadores de la Universidad de California en San Diego realizaron un experimento con ChatGPT en consultas con pacientes de hospitales. La red neuronal se sometió a un entrenamiento exprés basado en diálogos en el subreddit AskDocs, donde 480.000 participantes hacen preguntas a los médicos y estos responden en la medida de lo posible. La tarea no era probar el conocimiento médico de ChatGPT, sino la reacción de los pacientes a las respuestas de la red neuronal; en la mayoría de los casos, necesitan apoyo más que un tratamiento urgente.

La idea surgió después de que el sistema médico en los EE. UU. estuviera al borde de la crisis tras la introducción de la “atención médica virtual” durante la pandemia de COVID-19. Se permitió a los pacientes escribir mensajes a los médicos con preguntas para evitar el contacto físico debido al aislamiento. El número de solicitudes aumentó en 1,6 veces, cada mensaje requería al menos 2 minutos para registrarlo en la historia clínica, los médicos trabajaban horas extras. Como resultado, el 62% de los médicos reportaron agotamiento en el trabajo y se negaron a continuar con el experimento.

En un nuevo experimento, ChatGPT proporcionó respuestas a varias preguntas y los médicos autorizados las revisaron sin saber quién era el autor. Había dos criterios de evaluación: la calidad de la respuesta y la capacidad de respuesta del encuestado. En el 79 % de los casos, la red neuronal resultó ser mejor que los médicos vivos: dio respuestas precisas 3,6 veces más a menudo y fue 9,8 veces más receptivo en sus formulaciones. El resultado realmente no sorprendió a los investigadores: debido a la deformación emocional profesional, muchos médicos dejan de simpatizar con sus pacientes y los tratan como un “objeto de trabajo” que necesita ser curado, pero nada más.

Está claro que nadie confiará en ChatGPT u otra IA para tratar a las personas o darles diagnósticos autónomos. Sin embargo, bien se les puede instruir para que realicen consultas, respondan el mismo tipo de preguntas miles de veces en un patrón estándar, escuchen las quejas y den buenos consejos. Esto ayudaría a aliviar a los médicos y brindar atención a cada paciente.

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