Discursos latinoamericanos que dejaron marca en la Asamblea General de la ONU
Desde la larguísima alocución del cubano Fidel Castro, pasando por el premonitorio mensaje de Salvador Allende, hasta el famoso “aquí estuvo el diablo” del venezolano Hugo Chávez, la Agencia Sputnik repasa algunos de los discursos más importantes y recordados de gobernantes latinoamericanos ante la Asamblea General de la ONU, que este martes da inicio a su Semana de Alto Nivel número 78.
“Aunque nos han dado fama de que hablamos extensamente, no deben preocuparse; vamos a hacer lo posible para ser breves”, comenzó el líder cubano el 26 de setiembre de 1960, en su primera alocución ante ese órgano de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) luego del triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959.
A pesar de su propia advertencia, Castro habló durante cuatro horas y media, la intervención más extensa de la historia de la Asamblea General.
ESCENARIO DE GUERRA FRÍA
Unos años después, en 1964, otro representante de la Revolución Cubana, el argentino Ernesto “Che” Guevara, pronunció una mucho más breve pero electrizante intervención en tiempos de Guerra Fría.
En respuesta a acusaciones de que La Habana cometía ejecuciones extrajudiciales, Guevara fue claro y directo: “Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida y la hemos expresado siempre ante el mundo: ¿Fusilamientos? Sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario”.
“Nuestra lucha es una lucha a muerte; nosotros sabemos cuál sería el resultado de una batalla perdida y también tienen que saber los gusanos (contrarrevolucionarios) cuál es el resultado de la batalla perdida hoy en Cuba”, agregaba entonces el guerrillero.
“Eso sí, asesinatos no cometemos”, retrucó.
ALLENDE
Otro de los discursos más recordados en la historia de la Asamblea General fue el que dio en diciembre de 1972 el entonces presidente de Chile, Salvador Allende, quien moriría nueve meses después durante el golpe de Estado de Augusto Pinochet.
El mandatario chileno defendió la nacionalización del cobre llevada adelante por su Gobierno y aseguraba entonces que la población de su país “ha alcanzado la madurez política para decidir, mayoritariamente, el reemplazo del sistema económico capitalista por el socialista”.
Pero quizás el punto más alto de su alocución fue cuando acusó a la empresa estadounidense International Telegraph & Telephone Company (ITT) de “pretender provocar” una “guerra civil” en Chile y terminar con su mandato.
“El mundo se enteró con estupor, en julio último, de distintos aspectos de un nuevo plan de acción que la misma ITT presentara al Gobierno norteamericano, con el propósito de derrocar a mi Gobierno en el plazo de seis meses”, dijo Allende.
El presidente chileno denunció el “bloqueo” económico que estaba alentando EEUU al negarle al país préstamos de organismos como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, al tiempo que empresas como ITT, presentes en Chile, tomaban acciones en represalia a las políticas de nacionalización del Gobierno de Allende.
“Estamos ante un verdadero conflicto frontal entre las grandes corporaciones transnacionales y los estados. Estos aparecen interferidos en sus decisiones fundamentales -políticas, económicas y militares- por organizaciones globales que no dependen de ningún estado y que en la suma de sus actividades no responden ni están fiscalizadas por ningún parlamento, por ninguna institución representativa del interés colectivo”, decía el mandatario chileno.
NUEVAS VOCES
En 2003 daba su primer discurso ante la Asamblea General el presidente de Brasil -entonces desempeñando su primer mandato-, Luiz Inácio Lula da Silva, un exobrero metalúrgico y líder sindical que galvanizaba por entonces el interés del foro mundial.
En aquella alocución, Lula anunció el inicio de conversaciones entre su país, India y Sudáfrica, potencias emergentes de las tres regiones del mundo en desarrollo –Asia, África y América Latina—para hacer frente al “proteccionismo” impuesto por los “países ricos”.
“El proteccionismo practicado por los países ricos penaliza de manera injusta a los productores eficientes de los países en desarrollo”, dijo Lula, quien pidió a las potencias “competir en pie de igualdad” y llamó a que el comercio internacional fuera “una herramienta no solo para crear riqueza, sino también para su distribución”.
El foro IBSA (India, Brasil y Sudáfrica) supuso la confirmación de un nuevo escenario político y económico que multiplicaba los centros de poder globales, ahora dispersos por todo el planeta.
En ese mismo discurso, el jefe de Estado de Brasil se refirió a las “complementariedades inesperadas” surgidas de las relaciones de su país con China y Rusia.
Años después, la creación del bloque BRIC (Brasil, Rusia, India y China), al que luego se sumaría Sudáfrica, confirmó lo anunciado por Lula, instaurando un eje de coordinación de potencias cada vez más relevantes fuera del tradicional ámbito de Europa occidental y EEUU.
CHÁVEZ Y “EL DIABLO”
Otro discurso latinoamericano ante el foro mundial que pasó a la historia fue el pronunciado en 2006 por el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, mientras el mundo asistía a la sangrienta guerra de EEUU contra Iraq.
“Ayer estuvo el diablo aquí; huele a azufre todavía”, dijo Chávez al comenzar su intervención mientras se persignaba, un día después de que se dirigiera a la asamblea su par de EEUU, George W. Bush.
También son recordadas las intervenciones ininterrumpidas durante los últimos ocho años de la expresidenta argentina Cristina Fernández (2007-2015).
En sus discursos, Fernández supo pelearse con el Fondo Monetario Internacional (FMI), criticar a EEUU durante la crisis económica de 2008 y acusar de “terroristas” a los acreedores especuladores de deuda argentina, popularmente conocidos como “fondos buitre”.
“No solamente son terroristas los que andan poniendo bombas, también son terroristas económicos los que desestabilizan la economía de un país y provocan pobreza, hambre y miseria, a partir del pecado de la especulación y es algo que debemos decirlo con todas las letras”, dijo Fernández en su discurso de 2014.
Dos años antes, mantuvo un cruce con la entonces directora gerente del FMI, Christine Lagarde, quien un día antes de la presentación de Fernández, había cuestionado la veracidad de las cifras divulgadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina, y amenazado con sacarle “tarjeta roja” a este país.
“Debo decirle (a la directora del FMI) que mi país no es un cuadro de fútbol, es una nación soberana que toma soberanamente sus decisiones y que por lo tanto no va a ser sometida a ninguna presión y mucho menos a ninguna amenaza de que si no hace tal cosa se le va a poner tarjeta roja”, respondió Fernández.
Otra intervención recordada estuvo a cargo del exguerrillero José Mujica, quien como presidente de Uruguay se dirigió en 2013 a la Asamblea General con su estilo coloquial, salpicado de reflexiones filosóficas, para criticar el consumismo y el “despilfarro” promovido por el capitalismo global.
“Nuestra civilización montó un desafío mentiroso y así como vamos no es posible para todos colmar ese sentido de despilfarro que se le ha dado a la vida; en los hechos se está masificando como una cultura de nuestra época, siempre dirigida por la acumulación y el mercado”, dijo Mujica.
BOICOT A TEMER
El martes 20 de septiembre de 2016 hacía menos de un mes que había sido destituida la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tras un polémico juicio político por presuntamente violar la normativa fiscal y utilizar fondos públicos para cubrir el déficit presupuestal de su Gobierno.
Michel Temer, el vice de Rousseff, quedó a cargo del Poder Ejecutivo y ese día representó a Brasil en la Asamblea General.
En su discurso, el mandatario defendió el juicio político a Rousseff, afirmando que su país había dado “un ejemplo al mundo” de fortaleza institucional.
Sin embargo, las delegaciones de Bolivia, Costa Rica, Cuba, Ecuador y Nicaragua se retiraron del recinto cuando el presidente brasileño comenzaba su discurso, en protesta por el juicio político contra la ya expresidenta.
ONU MILLENNIAL
“Estar aquí, ante ustedes, en esta Asamblea General número 74, es un privilegio y un honor que quise compartir con el mundo. Ya que el mundo, el nuevo mundo, ya no está en esta Asamblea General, sino en el lugar dónde irá esta foto, a la red más grande del mundo, donde miles de millones de personas están conectadas prácticamente todo el tiempo y en casi todas las facetas de la vida”.
Así se presentaba ante el foro de Naciones Unidas en 2019 el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, luego de tomarse una “selfie” en el estrado.
Bukele, que había llegado al Poder Ejecutivo de su país gracias, en parte, a su imagen juvenil (entonces tenía 37 años) y una fuerte campaña en redes sociales, las que usa habitualmente para anuncios de todo tipo vinculados a su Gobierno, apelaba al tono que lo caracteriza en su primera participación en el debate general de la Asamblea General de la ONU.
A partir de este martes y durante una semana, los líderes de todo el mundo volverán a darse cita en la sede de las Naciones Unidas en el marco de Semana de Alto Nivel número 78 de la Asamblea General del organismo.
Volverán los discursos llamando a la paz y a la unión de los países para combatir el hambre en el mundo y hacer frente a los desafíos del cambio climático; resta por saber si alguna de estas intervenciones pasará a la historia por su elocuencia, por la adhesión o el rechazo que generen o, quizás, por una “selfie”.
Sputnik